Gética 2020

[ F I T C á n c e r - 6 ] 1 Estela Paz-Artal Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid P aul Ehrlich fue el primer investigador en propo- ner que el sistema inmunitario, de forma aná- loga a lo que ocurre en las infecciones, pone en marcha una respuesta capaz de eliminar las células tumorales. Esta idea es la base de la teoría de la in- munovigilancia antitumoral (Fig. 1). El sistema inmunitario es capaz de reconocer las cé- lulas cancerosas porque son inmunogénicas. En el curso de la transformación tumoral, por la acción de situaciones de estrés como las radiaciones ioni- zantes, virus, carcinógenos o procesos inflamatorios crónicos, las células van acumulando mutaciones que son claves para aumentar su capacidad proli- ferativa y que condicionan la aparición de neoantí- genos o la expresión de antígenos de diferenciación de la línea germinal. Estos antígenos son presenta- dos en la superficie celular unidos a moléculas del sistema principal de histocompatibilidad para su re- conocimiento por linfocitos T específicos, que pon- drán en marcha una respuesta inmunitaria. Aunque este acontecimiento de presentación anti- génica a las células T se considera nuclear en la res- puesta inmunitaria, las primeras fases de la respues- ta se llevan a cabo por una rama de la inmunidad más antigua desde el punto de vista evolutivo (que comparten desde las esponjas hasta el ser huma- no): la inmunidad innata. Moléculas derivadas de células dañadas (DAMPS) son indispensables para estimular esta vía a través de múltiples receptores como, por ejemplo, los tipos Toll (TLR) o STING. Estas interacciones son claves para la producción Figura 1. Inmunovigilancia e inmunoedición (tomada de Kuby, Immunology, 7.ª edición). Visión general de la respuesta inmunitaria al cáncer

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